EANA acaba de implementar para los aeropuertos de Resistencia y Corrientes nuevos procedimientos instrumentales diseñados para ser utilizados tanto con tecnología satelital – denominada PBN- como con radio-ayudas terrestres. Las modificaciones aportan mejoras importantes en las trayectorias de entrada y salida, reduciendo los tiempos de vuelo y el consumo de combustible.
Se trabajó en el área Terminal de Resistencia en un concepto que abarcó ambos aeropuertos, lográndose flujos de tránsito aéreo armonizados, con separación de los procedimientos de arribo y salida instrumentales, y una mayor previsibilidad en la navegación. Esto tiene un impacto positivo tanto en la operación diaria de las aeronaves como en la labor de los controladores de tránsito aéreo.
En 2016, Resistencia fue uno de los primeros aeropuertos argentinos en contar con una aproximación PBN para una de sus cabeceras. El rediseño del espacio aéreo realizado por EANA, permite contar con procedimientos PBN y convencionales para todas las cabeceras, tanto de Resistencia como de Corrientes.
En atención a que en 2019 en el aeropuerto de Corrientes el promedio mensual de movimientos comerciales se incrementó en un 130% respecto de 2016, EANA buscó una solución integradora desde los aspectos de diseño del espacio aéreo. Así, se promediaron los valores alcanzados desde los siete puntos geográficos de ingreso al área terminal, lográndose un ahorro de combustible del orden del 31,6%.
Acerca del PBN
El concepto de navegación con tecnología satelital, conocido como PBN (Performance Based Navigation), permite alcanzar mayores eficiencias en tiempos de vuelo, consumo de combustible y costos derivados de la utilización de las aeronaves. Esto implica también menores emisiones de CO2 al ambiente.
PBN eleva la Seguridad Operacional, reduce la carga de trabajo control aéreo-pilotos en áreas terminales, y se adapta a todo tipo de orografía. También permite el diseño de trayectorias en cualquier dirección, haciéndolas más predecibles, ordenadas y estandarizadas. Aumenta la confiabilidad de los servicios, al reducirse las demoras y cancelaciones por meteorología adversa, ya que flexibiliza las trayectorias descriptas por las aeronaves y mejora la conciencia situacional de los pilotos.
El aumento de la confiabilidad de los servicios refuerza la conectividad, beneficiando a las comunidades cercanas al aeropuerto y mejora la ecuación económica de los operadores aéreos. Las aeronaves permanecen menos tiempo en el espacio aéreo, aumentando así la capacidad de éste en términos de vuelos/hora.
En los aeropuertos dotados de sistemas de aterrizaje instrumental ILS, el contar con trayectorias PBN significa contar con redundancia que garantiza que los vuelos pueden seguir operando aun si el ILS saliera de servicio o incluso si el aeropuerto no dispone de ninguna radio-ayuda.
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