Inspirado en sus quince meses de sobrevuelo en La Patagonia, el célebre autor de "El Principito" escribió la novela Vuelo Nocturno.
Desde Buenos Aires, pasando por Bahía Blanca, Comodoro Rivadavia y Río Gallegos, Antoine de Saint-Exupéry surcó el cielo patagónico donde “la noche ascendía, cual humo oscuro, colmando los valles” sobre un monoplano Latecoere 25 de 9 metros de largo, 17 desplegado y 700 kilos de peso. Fueron quince meses los que pasó entre Buenos Aires y La Patagonia en su doble función de director y piloto de la Aeroposta Argentina, filial de la Compañía General Aeropostal de Francia.
Antoine Marie Jean-Baptiste Roger de Sainy-Exupery nació en Lyon, Francia, en el año 1900. A los 21 años era piloto de avión y ya en ese entonces, en sus relatos iniciales, supo comunicar la experiencia novedosa de volar, por entonces reservada a muy pocos. Llegó a la Argentina en 1929, trayendo legendarias anécdotas sobre sus vuelos por el Sahara y proezas en los cielos europeos. Quince vertiginosos meses más tarde, volvió a su país natal.
Si bien su paso por el país fue breve, ‘Saint-Ex’ dejó múltiples vestigios y recuerdos de su estadía. Dejó un registro memorable de los ‘grandes espacios libres del sur’ y sus habitantes al decir: “Yo me hallaba en la Argentina como en mi propio país; me sentía un poco vuestro hermano”. En su estadía repartida entre su departamento de la porteña Galería Güemes, las noches en el Hotel Majestic –cercano al Obelisco- y en el Hotel de los Italianos en Bahía Blanca, escribió su novela consagratoria. Vuelo Nocturno, publicada en 1931, produjo una inmediata repercusión en la crítica y un éxito de ventas rotundo.
Parco, aunque bromista, con el don de improvisar versos breves con rimas y temas propuestos por otros, hábil para los trucos con cartas, enérgico, dueño de excentricidades (como la de mantener un cachorro de foca en la bañadera de su departamento), Antoine “se paseaba lentamente, casi como un pastor” por los cielos de la Patagonia. Lo mismo se dijo de Fabien, el protagonista de su novela.
Vuelo Nocturno transmite la fascinación de Saint-Ex por volar en la inmensidad del cielo oscuro, bajo las estrellas, internado en los misterios del infinito y observando desde lo alto los destellos de la actividad cotidiana acá en la tierra.